Luna en Virgo: servicio y pulcritud.
La gran belleza de la Astrología se manifiesta en los detalles más insignificantes. Todo está bañado por su energía, por su influencia, y la mayoría de las cosas se pueden explicar a través de ella.
Mi intención es quitarnos la idea de la mente de que los astros tienen que alinearse para producir un hecho grandioso, casi mágico, y de verdad darnos cuenta de que lo realmente mágico es que está hasta en lo más cotidiano.
Todo el mundo sabe qué signo es: "yo soy Géminis", "tú Escorpio"… aunque esto solo representa a uno de los diez astros que en principio estudiamos: el Sol. Y no es por quitarle protagonismo al astro rey, alrededor del que giran todos, pero ojalá conociéramos más nuestra propia Luna y las de los otros.
Mi padre nació con la Luna en Virgo. Percibió a su madre como una persona muy servicial, preocupada por el orden, la limpieza, el cuidado del cuerpo y la alimentación, de hecho servía en casas de familias adineradas. Sintió que era un poco puntillosa y perfeccionista, a veces muy crítica con los demás y consigo misma. De niño recibió amor cuando era pulcro y volvía con la ropa de los domingos limpia, cuando ayudaba a los demás a arreglar aparatejos o cuando desde muy pequeño se buscaba la vida para sacarse un sueldo.
Hace unos días mi madre le daba una mala noticia y, después de intentar razonarlo todo en vez de sentir algo doloroso (como hacen estas Lunas), se fue al baño. Al rato empiezo a oir: cliccc, cliccc, cliiiic. Cliiic, clic, cliiic. Se estaba cortando las uñas.
Entonces me empecé a reír a la vez que sentí una tremenda ternura por ese niño invisible de su interior buscando sentirse seguro, tranquilizado, en brazos de mamá. Estaba reaccionando emocionalmente como sabe hacer: tapando la emoción con trabajo, poniendo limpieza y orden en su cuerpo.
Así es como una necesidad emocional convierte a alguien en un trabajador incansable.
