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Constelaciones familiares y sistémicas

La primera vez que tuve contacto con las constelaciones familiares fue en 2015, asistiendo a terapia. La verdad es que ni siquiera había oído hablar de esta técnica cuando ya estaba sumergida en ella.

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Sin darme cuenta de que estábamos utilizándola, empezamos a indagar sobre la historia familiar, sobre hechos que les ocurrieron a mis bisabuelos y también a las generaciones más cercanas. Nunca habría imaginado que afectaran tanto al presente pasados cien años.

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Poco a poco se iban revelando ante mí los nudos más profundos, los sentía en el cuerpo, en el corazón, por fin los podía mirar. Una de las formas de sanarlos era a través de algún ritual y de la repetición de frases que me decía la terapeuta, lo cual me parecía tan inverosímil como extraño. Sin embargo, el cuerpo se aflojaba, los nudos apretaban cada vez menos y el corazón estaba más contento.

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Poco después asistí a un taller de Astrogenealogía con Enzo de Paola, donde me acabé de enamorar: mezclaba la Astrología con la técnica de constelaciones familiares, el combo perfecto para acercarse al alma a través del cuerpo.

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A partir de esa vivencia tan impactante me transformé y, conmigo, también mi entorno.  Experimentar tantos efectos beneficiosos en mí misma me impulsó para formarme y  ayudar a otros.

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En 2019 terminé el tercer año de la Formación Internacional en Constelaciones Familiares, Fenomenológicas y Sistémicas del Institut Gestalt dirigido por Joan Garriga.

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Como con todas las técnicas, me interesa aprender las nociones básicas clásicas, aunque estoy en proceso de experimentación de las mías propias investigando las relaciones entre las constelaciones familiares con el Tarot terapéutico y la Astrología.

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